La cirugía es un tratamiento locorregional para los cánceres. La intervención propuesta es una prostatectomía total, también conocida como prostatectomía radical. Se trata de la extirpación quirúrgica de la glándula prostática y normalmente implica una estancia hospitalaria de varios días.
Su objetivo es extirpar toda la próstata y las vesículas seminales*. En algunos casos, también se extirpan los ganglios linfáticos* vecinos; a esto se le llama disección de los ganglios linfáticos. Esta operación la realiza un urólogo mediante cirugía abierta, laparoscópica o asistida por robot.
Los dos efectos secundarios más comunes de esta cirugía son la pérdida del control de la vejiga (incontinencia) y la incapacidad para mantener una erección (impotencia).